El comercio busca vender, lo cual no quiere decir que lo que te vendan sea lo que quieras tu. Hay varios conceptos en lo relacionado con la fotografía con los que no te tienes que volver loco, y uno de ellos es el sensor.
Cuando buscamos entre la ingente cantidad de información, algo típico es que cuanto más grande es el sensor…. mejor, y la verdad es que es cierto. Pero antes de caer en la trampa, piensa de nuevo, ¿qué uso le vas a dar?.
Aunque la calidad del sensor es algo importante, depende más del empleo que hagas de ello. Es decir, de las condiciones en que uses la cámara.
El sensor se relaciona con cuestiones de nitidez y sensibilidad, lo cual para determinadas situaciones como la fotografía nocturna cuyos ISOs de las cámaras son importantes pero no lo único… ya tener un objetivo luminoso es mucho más limitante. Pero es cierto que en casos de escasas luminosidad, el sensor puede marca una gran diferencia.
En fotografía de deporte, la captura de la imagen requiere también de objetivos luminosos… al igual que antes está poniendo a la cámara en unas condiciones límites de velocidad. Si las fotos además se hacen en lugares de escasa luminosidad como puede ser un pabellón, los ISOs altos junto al número de disparos por ráfaga de la cámara y un objetivo luminoso pueden facilitar que la captura de la imagen por el sensor sea bastante aceptable. Aquí la capturar de tantas fotos por segundo como nos sea posible, dependiendo de los modos de ráfaga usado es muy importante para captar esa foto ideal.
El sensor puede ser importante, pero no es algo determinante. El tamaño del sensor sólo es un factor más a tener en cuenta.
Como fotógrafa busco un buen sensor, pero no siempre es necesario tener lo más de lo más. Un ejemplo es la fotografía de fauna, las cámaras con sensores más pequeños tienen mayor factor de recorte. Eso se traduce en que un teleobjetivo su zoom óptico es mayor en un cámara con sensor menor, que ese mismo teleobjetivo en una cámara full frame. Puede que pienses que está perdiendo calidad, pero no necesariamente. Muchos fotógrafos de fauna prefieren una cámara con un sensor más pequeño, como una APS-C pero invertir en objetivos más potentes. La calidad en esos casos recae más sobre el objetivo y la distancia focal como la luminosidad de los objetivos… se paga caro.
El factor de recorte, básicamente es la relación entre el tamaño de un sensor full frame y el sensor de otra cámara que no tenga estas medidas. Las cámaras con sensores más pequeños que el tamaño de una cámara full frame, tiene ángulos de visión más pequeños, de los indicados por su focal.
Si quieres leer más al respecto puedes leer este post de Diego Liarte.
Para que te hagas una idea de lo que se ve en los diferentes sensores del mercado, te dejo esta imagen donde la sección púrpura se correspondería con la imagen que ves a través de ellos. Podrás ver otros post donde te muestran el recorte sobre una foto, pero ten en cuenta que eso varía tanto según el objetivo empleado. En una cámara full frame se verá “todo” lo que el objetivo elegido nos muestre, mientras que en otras cámaras habrá un cierto recorte.
Este esquema se refiere a sensores digitales, pero no pienses que esto es una invención nueva. Ya cuando la fotografía dependía de la película fotográfica, ya existían estos dilemas. Dado que no tengo la suerte de tener una buena colección de películas fotográficas para mostrarte, te recomiendo que leas el post de Fernando Marcos donde te muestra una buena variedad de formatos y por tanto de lo que sería ahora de “sensores”.
Por tanto, sí es cierto eso de que más grande más calidad, pero ¿de verdad lo necesitas? Si no vas a dedicarte en especial a estos tipos de fotografía, y tu uso es más cotidiano, dentro de la versatilidad que eso tiene. A lo mejor no es tan determinante.
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