La salida era muy pero que muy meditada… la organizadora Esther Marcos, antigua compañera de fotografía pero sobre todo gran anfitriona de su tierra, nos preparó el “planing” entero del día. También ha sido un éxito juntar a todo el grupo de amigos-compañeros. No es fácil reunirnos, pero ha merecido la pena. Ha sido un día de reencuentros, risas, vinos, comida y buena compañía.
Podría clasificarse como uno de esos días que sorprenden, de repente retomas afinidades, pones voz a la imagen de gente muy vista pero nunca en persona, recuerdas momentos… El día pasa a formar parte de la historia que compartimos con los que nos rodean, y no en un día más, sin más.
Esta vez… gracias a ellos a mis “fotocacos”. Gracias por hacer el esfuerzo de vernos… hay que repetir estas salidas “fotogastronómicas”
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